que me lleve el mar feat. El David Aguilar
Esta fue la primera colaboración. Conocí a @eldavidaguilar por la versión de “Eco” que grabó junto a @lolimolinamusica, de quien soy fan, y recuerdo agarrarme la cabeza por la perfección de la canción. Supe tiempo después que se iba a presentar en el Cajón del Maipo junto a @rulomusico y tanta belleza ameritaba ir a conocerlo y, en el mejor de los casos, regalarle un disco… “Brotes”. Fuimos con el @nicosotomayor y terminamos literalmente bailando samba esa noche entre vino y pizzas con el Rulo tocando un cavaquinho en el salón del local donde tocaron, nos conocimos y el disco quedó en sus manos (aunque diría que lo terminó escuchándolo por insistencia de @delacuadracristobal). Volvimos a coincidir tiempo después en los Grammys como nominados en la misma categoría, y ya saludándonos como conocidos aproveché de colgarme de él entre tanto ambiente ajeno. Esa noche terminó igual que la primera: entre vino, amigues y canciones en una pieza de hotel… Luego, como la vida ofrece buenas tramas de las que hay que hacerse cargo, David justo pasaba por Chile en la semana en que debutaba en nuestro primer Matucana 100 - diciembre de 2018 - y básicamente no le dejé opción más que subirse al escenario a compartir una canción: “Que Me Lleve el Mar”. Ahí mandó la guata, simplemente lo escuchaba cantando el tema, tema en que ruego por calma, y quizás la calma estaba en la voz de David. Hay un registro en YouTube de ese momento y verán mi cara de felicidad.
La cosa es que llegamos a coincidir en mayo de 2019, desayunando unos tlacoyos en CDMX con @uliseshadjis antes de subir al estudio de ambos a grabar un capítulo de su podcast “Núcleo Distante”. Venía hace un tiempo con ganas de reversionar las canciones de Brotes en su estado primitivo, voz y guitarra, y hacerlo con gente con quien las canciones del disco me juntaran. El feat estaba probado y teníamos la parafernalia de su estudio dispuesta. Salimos de ahí con esta versión hermosa, y fue el germen de este disco de colaboraciones, que más que nada es un agradecimiento - un capricho personal y quizás vanidoso - a las anécdotas y personas que me trajo Brotes.


Portada: nuestras guitarras, mi libreta y Perrito, el gato de David.